In the middle of nowhere

El ruido de las sirenas a mi alrededor, pasando de un oído a otro; atravesando la escena como un Déjà vu perpetuo. He vivido esto antes, y lo he vivido aquí. En el medio del mundo, en el medio de ningún lugar, o de cualquier lugar realmente. No se dónde estoy.

Cruzo a Central Park donde sólo el olor a gasolina de las cortadoras de césped y de excremento de caballo consiguen romper la amnesia.

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TRASATLÁNTICO

El deseo de decir es el deseo de durar. Todo lo que habla dentro se desborda, necesita abrazar y frenar el trasatlántico de la conciencia.

Mi padre me contó de pequeño que frenar un trasatlántico es tan difícil que si alguien se cae por la borda pueden  pasar horas hasta que se pueda dar la vuelta para rescatarlo y que para entonces ya es seguramente demasiado tarde.

Quiero escribir a velocidad de crucero, sin preocuparme de los pensamientos que se pierdan por el camino.  Los frenos son una pérdida de tiempo, tan sólo es posible la deriva.

2 tiempos

Recibo noticias de España, de los lugares donde están mis amigos y familia. Según ellos todo sigue igual. No obstante me sueltan algunas píldoras en forma de acontecimientos que a ellos les parecen cotidianos por verlos en proceso pero que para mí, ya realizados, suponen cortes importantes, rupturas en mi forma de concebir ese tiempo -su tiempo- simultáneo y aun así distante. De algún modo siento como si me arrancasen fragmentos de memoria que no he vivido

Desde este otro tiempo, individual, explosivo y en perpetuo flujo es difícil mantener el registro. No se, quizá una planta nos pudiera dar esa sensación evolutiva. Aunque la verdadera evolución está en nosotros mismos, creciendo en posibilidades, abrazando un futuro que parece mucho más inminente. 

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